El temor ha sido parte de nuestra estructura emocional desde la caída del hombre. Cuando Adán y Eva se rebelaron contra Dios, se escondieron de Él y tuvieron miedo (Gn 3.10).

Hoy, la ansiedad afecta nuestro pensamiento y controla nuestras acciones. Por eso, debemos vencer el temor con la verdad.

Recuerde que Dios...

 Es Todopoderoso.

 Jesucristo nos libertó de la esclavitud del pecado; el diablo ha perdido el control sobre nuestras vidas. Además, ya no nos enfrentamos a la separación eterna de Dios. La muerte física del Señor Jesús se ha convertido en la puerta de entrada al cielo, donde podremos vivir con el Padre para siempre.

 Siempre está con nosotros

Al encargar a Josué la tarea de conducir a los israelitas a la tierra prometida, Dios le prometió que estaría con él (Jos 1.5, 9). Cristo nos garantiza lo mismo (Mt 28.20). Por medio del Espíritu Santo que habita en nosotros, tenemos a Dios tanto cerca, como en nosotros

 Se involucra activamente.

Dios promete ayudarnos... y siempre cumple su palabra

Dios mismo es la razón por la que no debemos tener miedo. Recuerde las tres verdades que acabamos de mencionar y desarme la mina destructiva del temor.

 Salmo: 27: 1 AL 4.

“Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré?

Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?

Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos,

Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.

 Aunque un ejército acampe contra mí,

No temerá mi corazón;

Aunque contra mí se levante guerra,

Yo estaré confiado.

 Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré;

Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,

Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.”